En cuanto nuestros ojos se dirigen un poco más al Sur, parece que las sinapsis de nuestro lóbulo occipital sufrieran un cortocircuito. Por arte de magia nuestra percepción y umbrales de tolerancia cambian. Los criterios con los que analizamos la realidad se diluyen lo justo y se adaptan para poder asimilar las enormes diferencias. Evidentemente, es que no es lo mismo.
|
etiquetas: racismo , modernidad