De nada han servido los cuantiosos jamones de Txistu, ni las 900 botellas de vino, ni los 400 invitados a Copenhague que integraban la delegación oficial. Madrid se queda una vez más compuesta, con 8.000 millones de deuda y sin novio que la vista de olímpica. ¿Quién se hace cargo de la responsabilidad y de la factura?
|
etiquetas: gallardón , madrid 2016 , deuda , olimpiadas