n Ciencia no hay argumento más erróneo que esa afirmación que dice que “tal o cual meta no podrá ser alcanzada nunca”, tesis desarrollada innumerables veces a lo largo de la Historia (y en demasiadas ocasiones) por algunas de las mentes más brillantes que ha dado la evolución humana. Y el caso que nos ocupa, el de la inteligencia artificial es quizás un ejemplo más que pertinente.
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