Menéame es un foro rebosante de progresistas, pero muchos de ellos tienen un resorte especial, que siempre salta cuando descubren a las feministas que se desnudan de cintura para arriba y pintarrajean su cuerpo con letras chungas, y que opera ridiculizándolas e insultándolas con saña pero por su bien y el del feminismo. Porque están vivamente interesados en que las mujeres no cosifiquen su cuerpo con esa conducta indecorosa, ni que tal proceder descocado de exagerado mal gusto acabe eclipsando las nobles ideas que intenta transmitir el feminismo.
En su activismo contra el patriarcado y por la igualdad las mujeres pueden sentarse en la calle, cantar y agitar las manitas, pero hay que mantener el decoro, a fin de que la activista no oscurezca el relato feminista con sus curvas y un buen par tetas. Es mejor ir vestida completamente, con camisa, jersey y por supuesto el fular palestino. Se trata de descubrir sólo una pequeña parte de las extremidades y, eventualmente, el rostro y el cabello. Al menos mientras nuestra población islámica no empiece también a brincar con sus propios resortes, y adquiera la costumbre de saltar contra las feministas que dejan su cara y su pelo al descubierto. Pues en el futuro la falta de pudor y la autocosificación de estas activistas y sus provocaciones podrían arruinar la transmisión de la idea de la igualdad en el mundo islámico, que también es el nuestro. Por lo que al final nos encontraremos con que el niqab será el mejor vehículo para propagar correctamente el feminismo. Aun así hay motivos para ser optimistas, porque ante el topless en la playa, el porno y los posados artísticos de las folclóricas nuestros progres contienen su particular resorte, y no saltan contra nadie. Si expresan algo se suele concretar en un escueto "me la fo", que al fin y al cabo viene a ser un sofisticado piropo. Esto es porque los occidentales estamos más avanzados, sobre todo en Menéame.
Lo que se va entendiendo de todo este lío es que si las señoras muestran sus tetas en contextos de ocio y placer el cuerpo de la mujer queda libre de ser protegido de la temida cosificación. Se impone entonces la libertad y hay manga ancha por parte de la progresía. Las protagonistas de este tipo de despelote pueden ser señaladas como putas en el peor de los casos, pero sólo por alguna momia casposilla. Jamás serán comparadas con criaturas terroríficas como los nazgûl o los nazis. Sin embargo si las mujeres enseñan sus tetas en combativas acciones motivadas por principios e ideologías, entonces serán tildadas de feminazis por casposillos y progres indistintamente. Pero yo he estado junto a guapos mozos descamisados en manifestaciones y nunca oí que estos pobres chavales se estuvieran cosificando y que tal cosificación ocasionara grandes o pequeños debates. Por lo tanto en los momentos más agitados del activismo los progres no le hacen ascos a los pechos al descubierto, mientras sean pechos de tíos, cosa que a los señores heterosexuales no nos emociona tanto como pudiera pensarse. Y nos alegraría mucho más que las actitudes mayoritarias de descamisamiento de los sexos fueran justo al revés, quizás es eso junto a mi seguramente escasa conciencia feminista, lo que me hace reacio a saltar contra las FEMEN.