Hay dos zonas oscuras en los Presupuestos Generales del Estado, dos capítulos del gasto público cuyo detalle es un misterio para los ciudadanos. La primera es la partida destinada a los fondos reservados: 25,2 millones de euros, la mayoría en manos del Centro Nacional de Inteligencia. La segunda es la asignación de la Casa Real: 8,9 millones de euros incluso más secretos que las facturas del espionaje. El Tabú Primero de España sigue en pie.
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