Debatiendo sobre el boicot a los medios de la AEDE he visto que existen usuarios que no han amigado nunca, desconocen la Fisgona, ignoran el Nótame (eso se lo podemos perdonar) y piensan que Menéame es un agregador de noticias de actualidad. Lo ven como un lector de RSS donde trabajan duendecillos hacendosos dedicados a enlazar sucesos de última hora. Creo que muchos nos mantenemos aquí no tanto por las noticias, que podríamos encontrar en cualquier canal de noticias, si no por las rarezas y artículos intemporales que arqueólogos de la web sacan a la luz escarbando en foros, blogs, microblogs, etc. Eso incluye entradas o comentarios, fuera y dentro del sitio, que pueden ser tan interesantes como las noticias o los artículos de opinión de los profesionales que publican en prensa, muchos de los cuales la verdad es que estarían mejor junto a los comentarios mustios de cualquier hilo perdido de Foropolicia. Todo esto viene a que sospecho que en la explicación de que perdemos calidad con el boicot hay algo del error de confundir el sitio con un agregador de noticias. Ahí tenemos como unas orejeras autoimpuestas por un discurso que por desgracia no se encuentra nada alejado de la realidad de como viene funcionando este sitio. Pero siendo un poquito conscientes de la inmensidad de la web que alcanzamos a vislumbrar (sin hablar de la que desconocemos, que todavía es inconmensurablemente más grande) debería ser obvio que todos los aedeños juntos no son más que una gota de agua entre el volumen de agua que forma los océanos del planeta.
Menéame es un lugar abierto a todo el contenido acumulado en Internet que no se encuentra en la microesfera de la AEDE. Los medios que pululan ahí dentro no llegan a ser ni siquiera "diminutos" en este cosmos, aunque si son relevantes por su capacidad para visibilizarse y poner en peligro la libertad de expresión y el derecho a la información. En su papel de villanos notables es en el único aspecto en que aportan algo de interés. Son como la Estrella de la muerte, una bola muy peligrosa para la república pero una mota de polvo en el universo y un engendro tecnológico insignificante ante el poder de La Fuerza. Su importancia radica en su peligrosidad y el interés que despierta es sólo en cuanto a cómo se la hará volar por los aires. Menéame no pierde calidad por boicotear el escaso y previsible contenido de los altavoces de la Coca Cola, del banco Santander, de los accionistas saudies o del gobierno corrupto de un régimen bananero, pierde calidad al publicar noticias de sucesos truculentos intrascendentes, vídeos de gatitos, boutades de políticos ideadas por sus community managers o escenificaciones de sus romances y broncas. Pero sobre todo pierde calidad por el constante boicot ideológico, mucho más antiguo y mayoritario, a buenos artículos que se originan en webs o desde blogueros que andan dentro de corrientes de frikismo y radicalidad con las que no simpatizan los usuarios. En ese caso si que estamos perdiendo mucho del universo que nos queda por menear. Pero podemos cambiar, no hay prisa, todo se acumula en la red y no somos un sitio dedicado a noticias.