"Cada día te levantas totalmente convencido de que es el último día que lo harás. Es una decisión firme y segura porque ya has sufrido lo suficiente. Tendrías los ojos cansados de tantas lágrimas si no fuera por ese lentamente congelarse todo, por ese tocar a las personas que es como tocar piedras, como tocar nada. Tus padres lloran cuando crees que no les miras y aún así sientes el dolor sordo y lejano, como si le doliera a otro.[...]"
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