La Vicepresidenta Maravilla se hizo la niña bien ofendida por una acusación que nadie le lanzó, puso morritos de "si no aceptáis sobresueldo como animal de compañía, me llevo el scattergoris a la Moncloa y se lo digo a Mariano" y miró al presidente del Congreso con cara de ir a fulminarle con una descarga del BOE. Una táctica que funciona en España. En cualquier otra democracia, debería contestar unas cuantas preguntas que tampoco se habrá hecho en la puta vida.
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