(...) El invento se lo debemos a Philip Drinker y Louis Agassiz Shaw de la Universidad de Harvard. Eran cajas metálicas y selladas donde se introducía a los pacientes de cuello para abajo. La cabeza quedaba fuera y un anillo de material flexible sellaba los bordes para evitar la entrada de aire, Con cuidado para no presionar tanto que ahogasen al paciente que pretendían salvar. A continuación, una bomba aspiraba aire de la cámara de forma que el tórax y los pulmones se expondrían y forzaban la entrada de aire en su interior. (...)
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