La prueba de que las selfies pueden llevarte a la cárcel

Puede que el narcisimo inherente en una selfie parezca inofensivo. Pero el caso de Jules Bahler demuestra que lo mejor es contener nuestra vanidad.Bahler se compró una metralleta y se hizo dos selfies empuñando su arma.Bahler podría haber pasado por un fanfarrón más.El problema es que las dos semanas anteriores, se había dedicado a atracar bancos.Cuando un detective descubrió su Facebook y comparó las fotos con las imágenes de las cámaras de seguridad ató cabos.Una patrulla de policías detuvo a Bahler cuando salía de su casa y confesó los robos