A propósito de BlaBlaCar

Esta mañana he leído el siguiente artículo publicado en menéame: Cómo la economía colaborativa iba a arreglarnos la vida y cómo acabó amargándonosla, y al revisar los comentarios he visto a la peña hacer muchas referencias positivas hacia BlaBlaCar como ejemplo de economía colaborativa. No es mi propósito discutir si esta empresa pertenece o no a la economía colaborativa, sino poner de relieve cómo una gran idea se está echando a perder.

El caso es que hace cuatro o cinco años BlaBlaCar era una bendición. Para los que vivimos en zonas aisladas del interior, mal o muy mal comunicadas, coger un blabla no solo significaba poder elegir la hora del viaje (con más o menos flexibilidad), sino ahorrarnos la mitad de lo que costaba un billete de bus a la urbe más cercana, desde donde las posibilidades a la hora de hacer conexión se multiplicaban. Estoy hablando de que ese billete de blabla costaba entre 6 y 8 € (a veces hasta 5 €), mientras que el billete de bus se iba hasta los 11 con algo. Del tren ya no hablo porque los precios eran y son ridículos.

Un tiempo después, BlaBlaCar decidió cobrar impuestos por cada viaje, así que el precio subió más o menos unos 2 €, cosa que en cierto sentido, debido al boom que supuso, me parece hasta lógico. Pero entonces llegó el batacazo: BlaBlaCar ha decidido indicar el precio recomendado de cada trayecto, estableciendo en mi tramo un precio de 12 €. Los conductores que suben los viajes, quizá por pereza, no se molestan en bajar el precio recomendado, dando como resultado una lista que rara vez ofrece cosas por debajo 12 €. Por ejemplo, para este viernes, en el tramo que me concierne hay publicados 20 viajes. Solo dos bajan del umbral, uno a 9,50 € y el otro a 11 €.

Si el bus me cuesta 11 y pico y no voy pillado por el horario, prefiero viajar en bus, porque al menos tengo la garantía de que no me va a dejar tirado, como me pasó con los dos últimos blablas que contraté (aunque este ya es otro tema). Pero quiero centrar la atención en lo siguiente: ¿no os parece desproporcionado pagar más o menos el mismo dinero que el viaje en autobus cuando la idea de compartir un coche es, precisamente, la de compartir gastos? Aquellos que usáis BlaBlaCar, ¿es este caso un caso aislado de mi tramo o está pasando lo mismo en el resto del país? ¿Es lo ideal que un conductor saque dinero mediante este tipo de iniciativa? ¿Qué pensáis chavalería?