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Proponen a un periodista ir a fotografiar un asesinato

Este relato no permite muchos detalles, así que llamaremos solo Whisper a su protagonista. Whisper fue niño de la calle, pandillero, ganó respeto en el Barrio y, ya talludito, decidió coquetear con el narco. Ahora mueve lo suficiente como para llevar una vida holgada, con caprichos. Está ya cerca de los 40, pero se mantiene en forma, y eso y su manera informal de vestir aún le dan un aire juvenil. Ninguna de mis mujeres tiene más de 25 años, dice orgulloso.

| etiquetas: centroamérica , narcotráfico , violencia

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