Las nuevas reglas impuestas por Larry Whitten, un texano de 63 años y ex-marine que es dueño de un hotel en el norte de Nuevo México, no acaban de convencer a sus empleados hispanos. Whitten niega las acusaciones de racismo pero prohibió hablar en español en su presencia y ordenó a varios empleados que cambiasen sus nombres españoles al inglés, despidiendo a varios de ellos cuando se negaron. El alcalde del pueblo, Darren Cordova, dice que Whitten "no ha hecho nada ilegal". [ENG]
|
etiquetas: new mexico , hotel , hispanos