La Policía Federal ahora no podrá llevar armas de fuego de ningún tipo, incluyendo las que disparan postas de goma y las lanzagases. Además, cada operativo policial será supervisado por un funcionario designado por Seguridad. La decisión amplía las restricciones a la acción de la policía en escenarios de protesta social, una iniciativa impulsada durante la gestión de Néstor Kirchner. Hasta ahora, sólo las dos primeras líneas de personal policial estaban obligadas a permanecer desarmadas.
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