Después de ver cómo han bajado el precio de las memorias, sobre todo las de poca capacidad (hoy en día podríamos decir que 1Gb es poca capacidad, supongo), hacía tiempo que me preguntaba por qué no se distribuía software o contenidos en este tipo de dispositivos, ya que una vez utilizado o consumido (por ejemplo, una película) podríamos seguir utilizando la memoria para asuntos personales después de borrar lo que trae inicialmente. Pues bien, ayer en un MiniStop, una de las cadenas de konbinis más famosas de Japón, me encontré exáctamente con e
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