Muchos profesores estamos llenando las redes sociales (sigue en twitter el tag
#profesoresinEsperanza) con un grito que quiere ser colectivo, global e integrador. Porque no se trata -como afirman algunos- de defender solo nuestras condiciones laborales, sino de preservar -como sea y a cualquier precio- la dignidad de la enseñanza que reciben nuestros alumnos. En Madrid, las nuevas generaciones se verán obligadas a asistir a privados y a concertados, con lo que -una vez más- se perjudica a quienes tienen menos medios y menos poder adquisitivo.