Cuando se debe diseñar algo, es difícil encontrar una mejor fuente de inspiración que la Madre Naturaleza. Usando ese principio, un grupo diverso e interdisciplinario de investigadores del Laboratorio de Ames, en EE.UU., está imitando a una bacteria para sintetizar nanopartículas magnéticas que podrían utilizarse para liberar medicamentos en puntos muy específicos y con enorme precisión, para dispositivos de memoria de alta densidad, y para tintas magnéticas, entre otros usos.
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