Sucedió durante la despedida del poeta Ángel González. A pesar de todas sus advertencias, apareció un sacerdote dispuesto a oficiar una ceremonia religiosa. Y cuando insistieron en que no lo querían, les dijeron que sin cura no había micrófono. "Que micrófono sólo había en la sala grande, y en la sala grande sólo se celebraban ceremonias religiosas. Y que no tenía por qué darle a nadie más explicaciones". En fin, lo de siempre :-/
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