La crisis, según un portavoz de Instituciones Penitenciarias, provoca que haya pocos encargos. Ha tenido uno en un año y medio. La máquina hace sillas y cubiertos de plástico y está en el taller de la prisión de Burgos. En el mejor año dio empleo a seis presos. Hubo incluso que hacer obras en la cárcel para meter la máquina que costaron 224.000 euros.
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