Se cumplen diez años del trágico suceso del Yak-42. Los máximos responsables siguen impunes. Seguimos sumidos en una crisis económica y social, proveniente (entre otros) de la burbuja generada por la Ley de Liberalización del Suelo (Ley 6/1998). Los máximos responsables siguen impunes. Pero, lo peor de todo: no reconocen sus errores y venden sus temerarias decisiones como actos audaces.
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