Les van a ayudar a encontrar trabajo en una España cuya tasa de paro supera el 20%. Nada más aterrizar, les han puesto un alojamiento en el que disponen de cama, agua, comida y ducha (caliente). Todos los días. Ellos y sus familias, a las que no dejaban ver en Cuba. Pero no les gusta. Cáritas advierte de que los alojamientos habilitados en Madrid para los excarcelados están pensados para estancias cortas y no tienen capacidad para más. Pero no quieren moverse de Madrid y rechazan el estatus de protección internacional asistida que está previsto
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