Junto al Parlamento andaluz, ciudades como Ámsterdam, Bruselas, Copenhague, Viena, París o Logroño, ya han reconocido el agua como servicio público y derecho humano, como hizo la ONU en 2010. La compañía pública de aguas de Málaga se caracteriza por amenazar con cárcel, demandar e incluso detener a quien no paga el agua. Relacionada
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