Desde el PP se ha repetido una consigna por doquier, el despilfarro socialista, al que contraponen la eficacia y la austeridad de su forma de gobernar, aunque luego los hechos lo desmientan de forma tajante. No hay más que echar un vistazo al consistorio de Madrid, que por sí solo acumula la mitad de la deuda nacional. Sin embargo, ahora que no hay más remedio que apretarse el cinturón es el momento de predicar con el ejemplo. ¿Contribuirá Cospedal en su condición de número dos a los recortes anunciados desde el Ejecutivo?
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