Mientras nadaba en Mallorca el sábado pasado dos bañistas pasaban a mi lado hablando de... sí, ¡de la prima de riesgo! Lo que es menos evidente es que por debajo del espejo de agua hay otro riesgo: la pérdida de nuestro patrimonio natural, difícil de detectar. Las anclas y cadenas de las embarcaciones fondeadas labran el fondo marino y arrancan las matas de Posidonia, el gran tesoro natural del Mediterráneo. En Baleares, los bosques de Posidonia ocupan cerca de 2.000 Kilómetros cuadrados de extensión.
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