La firma encaja perfectamente en tu dinámica de dispersión, llenando ese vacío insoportable entre la actualización de tu perfil de Facebook y la descarga de la decimotercera temporada de tu serie favorita. Mientras estás firmando, no estás cortando el tráfico frente a un contenedor en llamas. Mientras estás firmando, no estás explosionando bombas caseras a base de lejía y chinchetas. Metes una línea de código en una base de datos y te desborda la satisfacción. Todo tu descontento queda aparcado en un rincón de un disco duro remoto...
|
etiquetas: firma , protesta , digital , internet