Nicholas Brann, es ex banquero cuyo tercer hijo estaba a punto de cumplir un año. Había estado temiendo este momento, así que para meterse en un mejor estado de ánimo se sentó e hizo una lista de las cosas buenas de los niños pequeños. Cuando terminó, se dio cuenta de algo extraño. Cada uno de los rasgos positivos que él recordaba de su niños fueron los mismos rasgos que los mejores CEOs con los que había trabajado durante los últimos años.
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