Si Texas se independizase, los demócratas tendrían mayoría aplastante en el Senado y en la Cámara; George Bush nunca habría tenido suficientes votos electorales para ganar a Gore, y Kerry habría tenido más posibilidades de vencer; la redistribución del Colegio Electoral habría hecho que la victoria de Obama fuese aún mayor; y tendrían a alguien con quien jugar partidos de fútbol americano... No es raro que haya demócratas que no vean con malos ojos la salida del Estado sureño de la Unión.
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