El jefe de inspectores de tránsito de la localidad argentina de Seguí salió apurado con su motocicleta personal, y se olvidó de colocarse el casco reglamentario. Al de un tiempo, el hombre notó que no llevaba el elemento protector, decidió detenerse, llamó por teléfono para que le acerquen un casco, y no salió hasta que se lo alcanzaron. Lo inesperado sucedió cuando el policía se aplicó a sí mismo una multa de 97 pesos, que pagó ante la gente de ingresos públicos, cumpliendo así con su trabajo.
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