La policía rusa detuvo a tres personas sin hogar sospechosos de haberse comido a un hombre que asesinaron de 25 años, después de vender restos humanos a una casa de kebab local. "Después de cometer el crimen, el cuerpo lo dividieron: una parte se la comieron y otra parte fue vendida a un quiosco que vende kebabs y empanadas", dijo el viernes el principal investigador de la Procuraduría General de la región de Perm. No estaba claro en la declaración si alguna parte del cuerpo llegó a ser vendida a los consumidores.
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