Alrededor de doce vehículos de familiares y amigos que asistieron al entierro, entre los que se incluyen el coche de acompañamiento de la empresa funeraria, fueron sancionados por la policía local de Llíria mientras tenía lugar la misa por la fallecida. Los coches estaban aparcados en zona prohibida, aunque no interrumpían el tráfico. Los responsables de la funeraria indican que nunca habían tenido problemas y que tenía el acuerdo de que los familiares allegados pudiesen aparcar.
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