Te dejo libre, libre de mí.
Libre de mi carácter tan cambiante.
Libre de mis ganas locas por amarte.
Libre de mi afán de cuidarte como a nadie.
Te dejo libre.
Libre de mi gran amor protector.
Libre de mí por completo.
Pero te ruego que no vuelvas,
cuando te des cuenta que nadie podrá amarte como yo.
No vuelvas, por favor.
Frida Kahlo