Tras ver saltar por los aires en menos de un mes su política exterior en los países del norte de África y Oriente Medio, EEUU ha adoptado un plan B: apoyar a los monarcas, dejar caer a los demás. Según The New York Times, el Departamento de Estado ha mandado enviados diplomáticos a todos los monarcas de la región –desde Marruecos a los reinos del Golfo, pasando por Jordania– para garantizarles su apoyo. Mientras,tras ver caer a sus viejos aliados Ben Ali y Hosni Mubarak, mantiene una gran distancia respecto a los “presidentes autocráticos”
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