Un pescadero en el sur de China ha reinventado la receta calamares rellenos de berenjena, al ir a destripar uno de estos cefalópodos para un cliente cuando el cuchillo golpeó una bomba de 1,36 kilos de peso que se alojaba en su interior, un artefacto activo que en cualquier momento podía haber explotado y que el animal se tragó en el mar pensando que era comida. Lo que no pensaron es que vendría con una bomba de aviación de 8 pulgadas que un avión de combate en algún momento pudo haber arrojado, aunque se desconoce su antigüedad exacta.
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