El testimonio de un grupo de peruanos, que denuncia fraudes, certificados de capacitación falsos y explotación laboral, revela las sombras del negocio del socorrismo en España. “No hay ningún tipo de control”, señala la Federación. La cara B la descubren ellos mismos. Implica perder ahorros, ser explotado laboralmente durante 120 días en piscinas de comunidades de vecinos y playas, encadenar hasta un mes sin librar, pagar por documentos que terminan siendo falsos y obtener certificados de cursos de socorrismo que nunca se hicieron por 200 €.
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