El perro de un joyero de Estados Unidos se tragó un diamante valorado en 18.000 euros cuando al hombre se le cayó al suelo. En un descuido, el animal no dudó en comérselo. A pesar de que al joyero no le dio tiempo a quitarle el diamante de la boca, el animal finalmente expulsó la joya. El diamante permaneció tres días en el aparato digestivo del perro. Tras un buen lavado, el diamante vuelve a estar listo para la venta.
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