No soy abogado, no he estudiado derecho y ciertamente tampoco es de las materias que más me interesen, por eso prefiero abrirme a la opinión de los expertos y conocer su opinión sobre estas materias. Y cuando hablo de expertos hablo de jueces y abogados, no de los buitres gallináceos que salen por la mañana, por la tarde y para mi desgracia también por la noche cacareando y revoloteando sobre las desgracias ajenas.
Voy a ser breve y esquemático:
-El aumento de la dureza de las penas no conlleva de ninguna forma a una mayor disuasión, es objetivo que EEUU tiene una tasa de criminalidad mucho más alta a pesar de un carácter mucho más punitivo que el nuestro.
-El aumento de la dureza de las penas conlleva generalmente que los jueces son más reacios a aplicarlas, cuando un accidente de tráfico según la legislación puede llevarte 15 años a la cárcel por homicidio imprudente es probable que el juez no aplique ninguna pena e intente escurrir el bulto. O todo lo contrario, jueces aplicando penas máximas de forma legalmente justificada para delitos o crímenes que no lo merecen.
-La pena de muerte, como concepto, descansa sobre idea de que la justicia es infalible. Cuando se le da al estado la potestad de matar de forma legal, se está entendiendo que este estado, llevado por seres humanos imperfectos, tiene capacidad de no equivocarse jamás a la hora de dar un veredicto y por tanto que nunca va a morir nadie inocente. Esto es evidentemente mentira, el peligro de asesinar aunque sea a un sólo inocente ya nos debería dar suficiente asco como para no querer verla aplicada de ninguna forma.
-La cadena perpetua, además de ser un gasto absurdo, es un parche ridículo a un problema más amplio, el encierro en prisión no debe ir orientado a sacar de la sociedad al individuo que comete un delito sino a su rehabilitación e reinserción en la sociedad, no nos engañemos, la mayoría de los delincuentes en cárceles son comunes, personas que a pesar de merecer castigo, los delitos que han cometido han sido causa directa de su ambiente y por tanto son rehabilitables. Otra historia son aquellos clinicamente imposibles de rehabilitar, la minoría, los cuales serán los profesionales aptos los que deberían opinar qué hacer con ellos. La existencia de cadena perpetua puede conllevar a lo dicho anteriormente, la no aplicación de pena alguna cuando esta es la única opción o su aplicación desmedida en casos que aunque puedan adaptarse no lo merecen.
Hemos construido unas bases de derecho durante milenios que nos han llevado al día de hoy, los juicios por odio y venganza se dejaron atrás por razones de peso y el futuro es la rehabilitación, no el castigo.