Taxistas y ciudadanos ya habían denunciado las aristas de 90 grados. Nadie había caído. Nadie se había fijado. Los bordillos de las nuevas aceras colocadas en las obras del tranvía en la avenida Isabel la Católica tienen aristas y ángulos de 90 grados que entrañan gran peligrosidad para conductores y ciudadanos. Han sido las protestas de todos ellos, y los informes de seguridad de la Policía Local, los que han obligado a la empresa concesionaria, la UTE entre Acciona y FCC, a estudiar vías de solución de forma "inmediata".
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