Cuando su hijo tenía 14 años, Alicia encontró en su cuenta bancaria varios cobros de procedencia desconocida. Los primeros eran de cifras bajas (5 euros, 10, 15…), pero los importes iban ascendiendo conforme revisaba el historial, y algunos desembolsos llegaban a alcanzar los tres dígitos. En total, 'desaparecieron' más de 1.000 euros de su cuenta corriente. "Cuando vi todo lo que me habían cobrado llamé al banco asustada y bloqueé la tarjeta. Les dije que yo no había gastado ese dinero y que debía ser un error.
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