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Una película sin subsidios que se basta con créditos personales

tiene un coste de 400.000 euros y está exenta de subvenciones. Se trata más bien de una cuestión de iniciativa, perseverancia, ingenio y, sobre todo, amor al arte, cualidades todas ellas que tienden a agudizarse en momentos de dificultad. Este es el planteamiento que ha llevado a Ortega y a otros sesenta profesionales a participar en la producción de Sueño a las duras y a las maduras. En el caso del director, éste ha optado por pedir créditos personales -tras siete meses de peregrinaje por distintas instituciones sin lograr subvención-

| etiquetas: película , subsidios , basta , créditos , personales

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