Dice que es "como enfrentarse al mafioso Tony Soprano con una pistola de agua". Pero aquel fin de semana Paco Cabezas estaba dispuesto a eso y mucho más. Había tardado dos años en estrenar su primera película Aparecidos (aunque la première fue en el Festival de Sitges de 2007) en España y no estaba dispuesto a que el marketing yanqui reventase su noche. Lo evitó sin un euro invertido en publicidad, y con sólo 25 copias en los cines de toda España frente a las 450 de Ultimatum a la Tierra.
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