Un tercio de la población china fuma. A pesar del lema olímpico "por unos juegos sin humo", la normativa de no fumar es extremadamente suave. Los bares y restaurantes de la capital quedarán exentos de la normativa, informó el lunes Zhang Peili, funcionario de asuntos legales del Ayuntamiento de Pekín. La ley fue modificada la semana pasada por la presión del sector de la restauración, que teme perder negocio en un país donde las reuniones sociales y las relaciones personales, en especial, entre hombres, suelen empezar con un cigarrillo.
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