Hay reglas muy estrictas sobre qué llevar al campamento de entrenamiento: sólo un libro, y debe ser religioso. Algunos llevaron Biblias, un Corán, pero la mayoría nada. Yo me llevé el Evangelio del FSM. Fue extremadamente popular y la gente no paraba de pedírmelo. Se reían como locos y muchos dijeron que tenía sentido para ellos. Creo que de rebote convertí a unos cuantos. En cierto momento, mi Sargento Isntructor intentó confiscarme el libro pensando que lo había colado de contrabando. "No Sargento, es mi libro sagrado!", respondí. ...
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