Los supervivientes de un cáncer, especialmente de mama y gastrointestinal, parecen ser más propensos a estar desempleados que los individuos que no han sufrido un tumor. Los efectos médicos y psicológicos a largo plazo del cáncer y su tratamiento pueden causar discapacidades que afecten al funcionamiento social. Casi la mitad de los supervivientes son menores de 65 años. "Muchos pacientes tienen las capacidades para volver a trabajar y quieren hacerlo tras el tratamiento", explica Angela De Boer, del Inst. de Salud Ocupacional, en Amsterdam
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