Al Jardín del
Palacio de Versalles, tan impoluto y perfecto como siempre, le ha salido un duro competidor: la humilde maleza salpicada de florecillas silvestres. Según ha hecho saber el Ayuntamiento de la capital gala, los rastrojos son bienvenidos en los parques y jardines de la ciudad, y pueden crecer libremente sin miedo a pesticidas en alcorques, o junto a los bordillos de las rúes parisinas.
En español:
www.ecologiablog.com/post/3476/paris-protege-la-biodiversidad-dejando-