Basta imaginar que tú eres ese individuo para sentir lo realmente terrorífico que sería ser testigo de cómo te devoran vivo, pero manteniéndote plenamente consciente de cada tajada que te dan, poco a poco hasta el momento de la ineludible muerte. Acojonante, pero… ¿y si digo que sí lo comparamos con el mundo real no es para tanto?
|
etiquetas: parásitos , avispas , hannibal lecter