Las empresas de la Zona Especial Canaria han podido mover tanto dinero como un paraíso fiscal a través de las autopistas internacionales por las que fluye el dinero negro.La ZEC se ha convertido en «un reclamo» por su exención fiscal y por la flexibilidad al inscribir empresas que una vez activas,no se someten a los criterios de vigilancia y seguimiento que exige la legislación. Hacienda ha detectado incumplimientos en el número de empleos no creados y en inversiones no materializadas que,según los casos,serían consideradas como ficticias.
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