Los médicos del Hospital St. Joseph de Siracusa (Estados Unidos) comunicaron a los familiares de Colleen Burns que la paciente no presentaba signos vitales tras ser ingresada por sobredosis, por lo que sus allegados acordaron desconectarla y donar sus órganos. Sin embargo,el Departamento de Salud ha constatado que no se le realizaron las pruebas suficientes, no se le efectuaron escáneres cerebrales y, además, los médicos ignoraron a una enfermera que indicaba que la mujer no estaba muerta y que, incluso, presentaba una mejoría.
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