Es inexplicable que nadie sea penalmente responsable de un accidente que causó una marea negra de dimensiones colosales. Once años después de aquella tragedia, y tras un largo proceso judicial, la sentencia nos ha dejado aturdidos e idignados. Viendo lo que está ocurriendo en España con los juicios por delitos ecológicos, tenemos que sacar la terrible conclusión de que aquí se contamina, pero no se paga. Y para los más escépticos recordemos el caso de la mina de Aznalcollar que también se saldó con la total impunidad de los responsables.
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