No habla con medios árabes, le da vergüenza contar lo que le paso en su idioma natal. Está bien, es una mujer fuerte. Principalmente dice porque tiene un marido egipcio quince años mayor que ella que la comprendió y la ayudó desde el primer día. "No se avergonzó de mi, dice Haina, y ésto no es una reacción habitual en las familias egipcias ante casos de violaciones"
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