La otra cara del megabrote de Baleares

Decía Einstein que "todo aquello que el hombre ignora, no existe para él. Por eso, el universo de cada uno se resume al tamaño de su saber".

Y valga la cita para poner hoy sobre la mesa la otra cara del incidente ocurrido en Baleares, que ha derivado en un contagio masivo que afecta a más de un millar de pacientes, y aproximadamente a otras cinco mil personas en situación de cuarentena preventiva.

Es necesario recordar que las Islas tenían hasta hace muy pocos días las mejores cifras del país, con un ratio de contagios muy por debajo de la media española, como resultado del esfuerzo y el sentido de la responsabilidad de los ciudadanos, y también del trabajo desarrollado por su comunidad sanitaria.

A día de hoy hemos visto decenas de vídeos de estudiantes desesperados, llorando, quejándose por tener que permanecer retenidos en un hotel, y a sus padres solicitando el habeas corpus a un Juez, como si sus retoños estuviesen detenidos.

Un "drama" moderno, de los de hoy, sostenible, igualitario, de carácter social y muy ecológico.

En definitiva, un "problemón" del primer mundo: papi, rescátame de este hotel de 4 estrellas en Mallorca, por el amor de Dios...

Pero como digo, hay una parte de este asunto que muchos parecen ignorar, por lo cual no existe para ellos, y es lo que está suponiendo para todos los centros médicos del área sanitaria el recibir de la noche a la mañana un aluvión de nuevos positivos, con sus correspondientes ingresos tanto en planta como también en UCI.

Parece que nadie se ha acordado de los profesionales que tienen que doblar y triplicar turnos para poder atender a todos los afectados, poniendo su propia salud (física y mental) al límite para intentar dar una solución al problema.

Como me dijo hace unos años un veinteañero durante una guardia de urgencias, "este es tu trabajo y yo soy el que te pago por hacerlo", antes de atizarme en la cabeza con una muleta después de explicarle el porqué no podía hacerle una RMN a las 4 de la mañana porque le dolía una rodilla.

A nosotros se nos da por hecho, por supuesto y por adelantado. Siempre vamos a estar ahí, pase lo que pase.

Nosotros no hacemos vídeos llorando porque no pudimos estar con nuestras familias en todo el día, porque no pudimos dormir en toda la noche, o porque nos duele la vida de estar tanto tiempo de pie de un lado para otro.

Nosotros somos los que proporcionamos la red para que estos trapecistas del cachondeo, las fiestas y el despiporre se lo pasen bien y no se rompan cuando se caigan.

Vivimos pegados a una mascarilla y a un EPI, en Verano o en Invierno, haga frío o calor, pero no le lloramos a nadie por ello.

Y es como pasa siempre, algunos extienden los cheques, pero somos otros los que los acabamos pagando.

Este año tampoco voy a poder disfrutar de vacaciones en Verano, porque se está viendo llegar una nueva ola y nos quieren a todos al pie del cañón.

Los que podáis disfrutar del buen tiempo, no os olvidéis de nosotros. Ni yo, ni creo que la inmensa mayoría de mis compañeros, queremos aplausos, ni reconocimientos, ni adulaciones.

Nos llega con que no hagáis el cabra y nos deis, por favor, un pequeño respiro.

De verdad, lo necesitamos.